La palabra olvido,
pintada por un mes en el cielo,
se la tragó el mar en Horcón y en Maitencillo;
pues no me he ido.
Sigo en las nubes viajeras,
cargadas de sueños sin cumplir.
La palabra olvido,
pintada en los segundos de cada hora del día,
se deshojó a pesar del tiempo;
porque todavía estoy vivo.
Y sigo volando sobre nubes viajeras,
cargadas de sueño sin cumplir.
Pero temo caer a tierra firme,
ya que tal vez no estés allí para recibirme,
más si aún no eres parte de este mundo.
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