Cuando la escarcha se transformó en suave brisa marina
y me despojé de todas las ataduras,
apareciste envuelta en casualidades.
Con tu presencia, agua cristalina del océano me ofreciste cada mañana.
Mi corazón muerto presintió que revivía.
Tras tu imagen, latidos sin rumbo emprendieron un nuevo camino;
la luz de tus ojos me había mostrado un posible final.
Pero el cuento sin terminar,
Pronto se convirtió en temor.
Ahora, sin argollas, desnudo ante la ironía,
la desconocida se ha ido
y muy y triste y solo me he quedado.
y me despojé de todas las ataduras,
apareciste envuelta en casualidades.
Con tu presencia, agua cristalina del océano me ofreciste cada mañana.
Mi corazón muerto presintió que revivía.
Tras tu imagen, latidos sin rumbo emprendieron un nuevo camino;
la luz de tus ojos me había mostrado un posible final.
Pero el cuento sin terminar,
Pronto se convirtió en temor.
Ahora, sin argollas, desnudo ante la ironía,
la desconocida se ha ido
y muy y triste y solo me he quedado.
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