Ojalá que Cada Día se Disfrace Como un Domingo de Sol (Original, 14 de octubre de 2007)

Ojalá que cada día se disfrace como un domingo de sol,
para empujar las preocupaciones debajo de la alfombra
y luego cerrar la puerta de casa a escondidas de mi rutina.

Ojalá que una vez sin mi maletín de profesor colgado a mi cansancio,
pueda viajar a la playa que le dé regazo a mis más anhelados pensamientos,
para sentir que estás por sortilegio conmigo en un breve instante.

Ojalá que en esas arenas tibias no existan los lunes con sobrecargo,
ni los martes brujos, tampoco los miércoles de compras,
menos los jueves y los viernes tan cerca, pero tan lejos de ti;
que sólo son olas frías recogiendo mi amor,
hasta llevárselo al fondo del mar abisal.

Ojalá que este sábado también sea igual a un domingo de primavera,
con tal de creer que no me he quedado sólo con un lápiz y un papel,
en el cuarto más oscuro y húmedo de mi morada,
pues enterrado quiero ver mi oficio y el destino que una vez dibujé.

Tan solo te quiero a mi lado,
sentados mirando el horizonte,
de la mano o abrazados
y sin besos que no son necesarios...

Tan solo te quiero a mi lado,
escuchando que te ríes conmigo,
con los pies jugando en la arena,
alejados de cualquier día que no sea un domingo asoleado...

Tan solo te quiero a mi lado,
cantándole una melodía al cielo azul
o conversando sobre cuánto nos necesitamos,
ya que el mundo nos sobra si estamos juntos...

Tan solo te quiero a mi lado...
sí, tan solo te quiero a mi lado una fración de segundo;
sólo pido eso para ser feliz como en un día domingo,
que me basta como poesía.

Para qué seguir escribiendo,
para qué jugar al poeta,
si con sólo un día domingo estando en tus brazos,
mis viejos poemas te envidiarían.

Tan solo te quiero a mi lado...
ya que eres tú mi domingo, eres tú mi playa y eres tú mi poesía,
con la que siempre soñé un sencillo día...

de domingo.