Cual barco fantasma,
llegaste de la nada
llegaste de la nada
y en tres mares diferentes de este océano,
te dejaste llevar por las corrientes,
ante mis ojos reñidos
con la sal y el sol de aquella tarde.
Mi escafandra se contrajo,
cambió de colores
y se ruborizó ante tu extraña aparición,
que un día lunes de noviembre
quedó marcada en mi bitácora.
¿Y quién decidió que por allí estuvieses?
¿Quién desafió mi fragilidad?
Tal vez Poseidón.
Pues en las aguas de Arlegui, Quinta y el Portal Álamos,
quedó marcada la estela de tu viaje al más allá.
¡Qué lástima!
Ni siquiera me viste.
Tal vez en tu proa,
los catalejos del amor de nada sirven.
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